Friday, June 23, 2006

Memorias de un futuro pasado..............................



Aquella noche extrañamente sentí la necesidad de salir, tomarme unas copas y fumar unos cuantos cigarrillos, subí a mi habitación, me di una ducha caliente, mientras subía el cierre de los vaqueros que había elegido, timbró el celular sobre la mesita de noche, no sabia si tomar o no la llamada, era un amigo, decidí contestar, quedamos en salir juntos, cenar y tomarnos unos Gin-Tonics, junto con unos amigos de el que se encontraban en la isla.

No me animó mucho la idea de un grupo numeroso, pero ya había aceptado la invitación. Debía mantener mi palabra.

Llegamos al lugar donde habíamos quedado, cerca de la puerta de entrada nos encontramos con el grupo de personas; en un esfuerzo sobrehumano intenté ser amable, nos sentamos en la mesa que habíamos reservado, era una especie de bar-restorán de un amigo, la principio no me sentía muy bien, el ambiente estaba muy cargado para mi gusto, prefería haber dicho que no.

Me encontraba en un dilema existencial, no quería estar ahí, pero era eso o discutir acerca de la inmortalidad del cangrejo, el cólera me tenía vendados los ojos.

-Buenas Noches, bienvenidos, desean algo para tomar?, preguntó el camarero.

-Andrés, a mi me traes un Gin-Tonic!, le dije.

Los demás empezaron a hacer sus órdenes, hablando todos a la vez, Andrés no entendía nada, se reflejaba en su rostro, en medio de aquella guerra de comandas, que a duras penas podías escuchar tus propios pensamientos, alguien dijo:

-Para mi un Vodka con cranberry, por favor........ Fue entonces cuando noté su presencia.

Era de menuda estatura, amplia sonrisa, su piel parecía ser de la mas fina y pura seda italiana, tenia dos perlas negras por ojos. Traía un escote no muy pronunciado, sexy, elegante, apenas alcanzaba a ver unos centímetros bajo sus hombros, quizás un poco mas arriba de donde empiezan a tomar altura los senos, implorando libertad ante el yugo opresor del brasier, quería ser el héroe, el mártir, liberarlos, abrazarlos y besarlos, como si fuesen dos pequeñas niñas recién llegadas de la escuela.

-Quien es ella?!. pregunté a mi amigo
-Es una prima de estas amigas, esta de vacaciones en el país. contestó
-Me gusta. le dije. Desde cuando está aquí?
-Quince días.

Sentí rabia hacia mi amigo, le reproché el no haberme presentado aquella mujer antes, resignado, asimilé aquel golpe como una jugarreta mas del destino, trataría de recuperar el tiempo perdido.

Mientras intentabamos hablar de algo, los demás empezaban a preguntar que cenaríamos. Crepe de pollo y hongos, California Roll, Ensalada Caesar, Canneloni rellenos de espinacas y salsa de hongos, Chicken Fajita, Raviolli rellenos de Queso, yo rodené un Black Angus, rojo; fue el menú de aquella noche.

Logramos hablar de cualquier cosa, para nada interesante, gracias a Dios a nuestra mesa llegó lo que habíamos ordenado para cenar, finalmente habría un poco de silencio en la mesa.

-Buen provecho, fueron mis únicas palabras.

Logrando arrancar una sonrisa como gesto de cortesía a aquella mujer.

Terminada la cena, se acerca a la mesa el camarero a retirar los platos preguntando a la vez:
-Algun postre?

-Café negro, por favor y un cenicero, pedí.

Encendí un cigarrillo mientras tomaba sorbos de mi café y esperábamos por la cuenta, hablábamos y decidimos dar una vuelta por la ciudad, yo sugerí la Zona Colonial, todos accedieron y fuimos un bar del que soy habitué.

Allí no paraba de mirarla, a veces sonreía mirando hacia mí, no sabia realmente si me sonreía de manera especial, pero así lo sentía.

La observé bailar; por momentos echaba una mirada pícara hacia donde estaba el grupo, al finalizar se sentó a mi lado, los dioses habían obrado en mi favor, nos volvimos a presentar, la primera impresión que me llevé fue la de una persona altanera, prepotente, engreída. Detestaba el hecho de que supiera que me gustaba, pero hay cosas que no puedes ocultar, aun así a su existencia le resultaba insignificante el hecho de yo estar a su lado, me hablaba por espacios de tiempo sumamente breves, luego se daba vuelta, me hacia mirar su pelo y sentir su olor, me ignoraba, eso me gustó.

Como estas?, Hace mucho no vives aquí? A que te dedicas?, Tienes novio?, así empezamos aquella conversación que llevaría a gustarme mas aquella mujer.

A medida que cada vez se hacia mas interesante la conversación, intercambiabamos de miradas y de vez en cuando tocaba sus manos o juganba con algún mechón de su pelo, sentía que la conocía de toda la vida, como si fuera mía, por escasas horas lo fue, aunque solo en palabras.

-Mañana me regreso a casa! - dijo

Odié tanto aquellas palabras, como el propio hecho de haberle conocido, no obraron los dioses a mi favor, por el contrario, planearon todo en mi contra. Por qué haberla conocido justo la noche antes de que partiera? Aceptar la cruda realidad era mi única salida.

-Además, que estupideces piensas? ella ni siquiera vive aquí……… me dije a mi mismo.
-Es cierto, no seas iluso, no la conoces…………. me volví a reprochar.

-Hace tiempo que no visito los Estados Unidos, quizás podría planear un viaje y de paso visitarte si te parece bien. le dije
Sonrió, -seria estupendo, cuando haces el viaje? Salimos y todo eso, no te preocupes que te divertirás un mundo, te lo garantizo. volvió a sonreír.

Yo estaba hipnotizado ante su belleza, hacia tiempo no me sentía así.

Le di una tarjeta con mis números, en mi celular anoté el suyo, sentía que había ganado alguna batalla importante, en unos cuantos meses viajaría, la volvería a ver, que pasará cuando nos veamos?! me preguntaba a mi mismo

-Un gusto haberte conocido, me agradó la conversación. me dijo

No quería que aquella noche terminara, quería besarla, tocarla sin sentir miedo o vergüenza, pero se hacia tarde y ella iba a viajar la mañana siguiente.

-Por favor, el gusto ha sido mío. -fueron mis palabras mientras la miraba dejándole saber con mis ojos que me había robado el corazón.

Dos días después de su partida le llamé, se sintió sorprendida de que lo hiciera, en realidad no esperaba que la llamara alguna vez. Al escuchar su voz de nuevo, se me erizó toda la piel, volví a sentir su aroma, volví a tocar sus manos y a jugar con su pelo.

Hablamos poco mas de 15 minutos y una vez mas, aunque efímeramente y solo en palabras, pero mía.