Mi querida amiga Sabrina escribió hace pocos días algo que leí, ella lo habia publicado en el "WFIA" (Agencia Mundial Gratuita de Inteligencia, por sus siglas en inglés, mejor conocido como FACEBOOK), llamó fuertemente mi atención y le dije: "Diablo Hueva, te inspiraste!!!!", a lo que ella me recordó su viacrucis, vacaciones obligadas producto de la fisura sufrida en su tobillo.
Le pedí que me lo pasara en electrónico para si ella quería lo subía y compratímos con la familia de Bells, así lo hizo y aquí compartimos con ustedes este hermoso mensaje que nos deja, disfrutemos y comentemos.
Hace poco más de dos décadas (¡no empiecen a calcular, son 32!), recuerdo que en una de las paredes del pasillo que conducía a las habitaciones de la casa donde crecí, y tantas travesuras hice, siempre llamaba mi atención una especie de pergamino color crema que colgaba en la pared. Lo veía como uno de esos rollitos kilométricos que en los muñequitos de entonces el “señor que trabajaba con el Rey” desenrollaba, al ritmo de trompetas, y luego leía frente a todos los habitantes de la aldea. No tenía idea de lo que había escrito en el rollito ese, pero veía que tenía unos bordecitos rojos, la letra negra y era de una tela durita.
Día a día, pasaba frente a la pared donde colgaba el "rollito" (que siempre, por supuesto, estaba desenrollado) y me quedaba mirándolo. Cuando por fin decidí salir de mi mundo MIO, que siempre entretejía en mi cabecita, para, como era usual, bombardear con preguntas a mi víctima, quien en esta ocasión fue mi mamá, le pregunté qué era ese "rollito", y con su respuesta a la primera de mis preguntas, se inició lo que ya siendo adulta denominé "Las Enseñanzas del Rollito de mi Papi" (Por favor, no se les ocurra pensar nada maluco, son las ideas, totalmente inocentes, de una niña de 4 años las que estoy plasmando aquí!).
La primera respuesta de mami fue: -Eso es un escrito que hizo tu papá. Segunda pregunta: -¿Y por qué?. - Bueno mija, tu papá se inspiró y escribió una reflexión, algo que él piensa sobre la vida. Tercera pregunta: -Mami, pero si eso él lo piensa, ¿para qué lo tiene que escribir?. Mami, ya entrando en pánico, me respondió: -Ah, para recordarlo siempre, y además, mandó a hacer muchos rollitos iguales para regalarlos a sus amistades. Ahí quedó la conversación, y cada una siguió su rumbo en la casa, aunque estoy segura de que mami se quedó extrañada de que yo no siguiera indagando en mi tema de investigación del día.
Al día siguiente, ¡sorpresa!, mami no se equivocó al extrañarse. ¡No fue que la niña estaba en ánimos de ser breve, fue que decidió dividir el cuestionario en dos fases!. Cuarta pregunta: -¿Mami, y esa es la letra de papi?. -No, mi-hija (ya bien separadas y pronunciadas ambas palabras), él mandó a imprimir los pergaminos a una imprenta, pero lo que está escrito salió de la mente de tu papá. -Aaaah, pero mami (y aquí entra la quinta preguntita), ¿y yo no soy amiga de papi, por qué él no me ha regalado un rollito?. ¡Yo quiero un rollito para miiiiiii!. Mi mamá ya se había dado cuenta de que la conversación pintaba que sería tan larga como su LP de Betty Misiego e inmediatamente quitó el rollito del clavito en el cual estaba enganchado, lo enrolló y me lo puso en mi diminuta, aunque regordeta, mano derecha.
Yo no lo podía creer, se me hizo demasiado fácil ganarle esa a mami, jejejeej. Entonces, un poco incrédula, y no conforme con mi triunfo "al vapor" -porque déjenme decirles que esa turca no es un maíz!-, la miré a los ojos y le dije: -¡Mami, pero yo no sé lo que dice ahí!. ¿Qué dice en el rollito, mami?. Mi mamá, con toda la paciencia que le quedaba (que no era mucha que digamos, porque mi rendimiento diario era eficientísimo), me leyó el contenido del Rollito de mi Papi, el cual, dicho sea de paso y como era de esperarse, al tratarse de una reflexión un tanto profunda para una niña de esa edad, me pareció estar escrito en un idioma de otro planeta, o sea que a mami sólo le faltó cerrar la lectura con un “Nanu-Nanu” a lo Mork & Mindy.
De todas formas, inquieta por el hecho de no entender el Rollito de mi Papi, tan pronto comenzaron a alfabetizarme en el colegio, una de mis metas principales era aprender a leer para poder entrarle al bendito rollito, porque no quería preguntar de nuevo lo mismo, sino que me las tenía que averiguar yo misma (cabeza dura al fin). Día a día lo miraba fijamente por unos segundos, hasta se me grabó la imagen gráfica del rollito y sus letras. Cuando me sacaban a pasear o acompañaba a mami a hacer diligencias -y a dar carpeta, por supuesto-, como todos los niños que están en ese proceso, me obsesioné con tratar de leer los letreros que había en las aceras. Llegué a salir en muchas ocasiones con unos binoculares que le tomé prestados, sin permiso, a mi papá (quien luego terminó regalándomelos, al terminar un proceso muy similar al del rollito. ¡Pero esas son otras quinientas!). No me quería perder ni un solo letrero, y por la velocidad a que el carro iba, muchas veces me quedaba a medias (tampoco era que el carro iba rápido, sino que aún yo no era diestra en la lectura, porque realmente mami todavía a la fecha no maneja a más de 25 km/h, pero tampoco entraré en este tema que tantas aristas graciosas tiene).
Recuerdo como ahora la primera vez que leí un letrero completo, porque me dio tiempo y porque ya lo tenía en la mira, pues siempre le pasábamos por el frente. Era el letrero de una agencia de viajes (entendí que eso era muchos años después) que se llamaba Viajes Viaire, a unas pocas casas de la mía, y, como es de esperarse, tan pronto llegué a la casa fui a enfrentar, tête à tête, al rollito. Debo decir que gracias al Rollito de mi Papi, antes de cumplir los 6 años, fui una de las primeras de mi curso en aprender a leer fluidamente (hasta me toco leer el discurso de Ya Sé Leer). Poquito a poquito, en el transcurso de varios días, finalmente pude leer el rollito sin añugarme ni gaguear. Sin embargo, lamentablemente, ¡todavía no podía entender nada!. O sea, cuando ya pude leerlo, comprendía lo que decía tanto como al Ciclón David en su momento (cuando pasó todo el caos, vi un jardinero cortando lo que quedó de la mata de aguacate de mi casa, y por varios años asumí que el Ciclón David era el jardinero).
Ya cumplido mi capricho, y un tanto desilusionada, me olvidé por unos años del infame rollito que yo no lograba entender. A los 12 años, de repente le hice caso al rollito, que estaba abandonado en el rincón de una gaveta, lo leí y decidí colgarlo en una pared de mi habitación. Parece que ya empezaba a entender algo. Desde entonces, a través de los años, durante las diferentes etapas de mi vida, los enfoques y re-enfoques, reflexiones (con o sin tropezones previos), cherchas, triunfos y fracasos, el Rollito de mi Papi siempre ha tenido un rol estelar, y cada vez que lo leo mayor sentido le encuentro; cada año que transcurre entiendo mejor el significado de las sabias palabras de mi papá, cuya esencia y filosofía de vida están plasmadas ahí, tal como él me lo ha demostrado día a día con sus acciones y con su forma de ser.
GRACIAS PAPI!, gracias por enseñarme a tratar de aprovechar cada día al máximo; a no diluirme en discusiones estériles, que no representan más que una pérdida de mi preciado tiempo, que nadie me va a devolver, cuando puedo invertirlo en otras actividades y/o personas que me enriquecen emocional y espiritualmente; a tratar de ver siempre el lado positivo, aunque realista, de las cosas; a no andar por ahí juzgando y buscándole defectos con lupa a quienes me rodean, porque ser humano es sinónimo de ser imperfecto, y yo soy uno; a tratar de ser siempre alguien que le sume a los demás, no peso, cargando la atmosfera, sino felicidad y momentos agradables; a nunca, bajo ningún concepto, sentirme mal con quien soy y con lo que tengo o aún no tengo, más bien estoy agradecida por todas las bendiciones que Dios me ha concedido, como lo es mi adorada FAMILIA.
GRACIAS, porque con tan sólo unas pocas lineas, me has enseñado que debo alegrarme siempre por los logros alcanzados por quienes me rodean; disfrutar con gran satisfacción los pequeños detalles de la vida, que se entretejen en una gran red que comprende lo que llamamos felicidad, instantes muchas veces fugaces en el tiempo, pero indelebles en el alma; cuando caigo hondo, sacar fuerzas para salir adelante sin vacilaciones, aún en momentos en los que hasta respirar duele, porque en la vida todo, absolutamente todo, pasa por algo (porque nada es fruto de la casualidad, sino de la causalidad) y para algo; respetar a los demás y sus opiniones, aún cuando no las comparta, y luchar por el respeto que igual se me debe; y, por último, aunque con una importancia neurálgica para mí, saber valorar en el momento presente y atesorar a esos seres tan indispensables, que han formado y forman parte de mi vida, y de quienes siempre aprendo algo nuevo, por simple que pueda considerarse la lección del momento: MIS AMIG@S.
En fin, no puedo dejar de compartir la reflexión "VIVO EN ESTE MOMENTO: VIVO AHORA", impresa en el Rollito de mi Papi, la cual no es nada compleja, y mucho más breve y concisa que la verborrea que he escrito yo, mas con un significado muy profundo, cuyo trasfondo es la sabiduría que siempre ha caracterizado a mi papá.
VIVO EN ESTE MOMENTO: VIVO AHORA
Nos privamos de disfrutar el presente al mirar con nostalgia días pasados o al mirar al futuro pensando que entonces seremos felices, que entonces disfrutaremos la vida.
El contar nuestras bendiciones puede ayudarnos a comprender el bien que está presente en este momento. Enumeremos las muchas razones que tenemos para estar agradecidos. Pensemos con aprecio en nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestros amigos, nuestra comunidad, nuestro mundo.
Si al mirar a otras personas creemos que son más bendecidas que nosotros, preguntémonos: "¿Con quién, realmente, cambiaría de lugar?". LA VIDA ES SER NOSOTROS MISMOS. Tal vez haya cosas que desearíamos ver cambiadas, metas que nos gustaría alcanzar, pero justo donde estamos, en el momento presente, podemos expresar nuestras únicas y especiales cualidades dadas por Dios. Esto hace de cada día un día de gozo."
"En él vivimos, y nos movemos". -Hechos 17:28
5 comments:
Si todos pusiéramos una nota de esperanza a los demás, tal como lo hizo Sabrina, seguramente contruiríamos una sociedad con valores aunténticos y mejor salud mental y emocional.
Good Job! You made my day!
Thanx!... Totalmente de acuerdo contigo, hay que quejarse menos, pelear menos, y no ser mal agradecidos. Carpe Diem!.
Saludos,
Sabrina.
Ey ey, Peterrrr, no fue una siomple fisura en un tobillo, fueron DOS FRACTURAS EN EL PIE, al borde de tener que ponerme un tornillo!!!. Pero claro, eso sólo lo saben quienes me fueron a visitar en mis 6 semanas de encarcelamiento...Na Huevo PING, se le quiere como quiera, y ya esta frío por la gentileza de publicar Las Enseñanzas del Rollito de mi Papi.
Un abrazo,
Sabrina.
hola Sabrina. ese rollito de tu papi realmente es un mensaje para todos me ha dejado com mucha paz mental es muy reconfortante junto con la fe en Dios. es bien sabido que tu padre es un hombre de bien y de familia eso me consta felicidades y que Dios te bendiga siempre ti y toda tu familia, beos y barazos,
Eilis
Sabrina..yo conoci a tu padre..Una persona de bien y excelente ciudadano..
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