La libertad, de cualquier indole, es el más preciado de los derechos del ser humano, sin lugar a dudas es inconmesurable la magnitud de este, pues es en sí mismo la esencia del SER.
Las vertientes de opiniones son tan diversas como cantidad de seres humanos existimos en la Tierra, por más contestes que estemos dentro de un grupo de similares, nunca estaremos de acuerdo en un 100% con la idea, puesto que en algún tópico vamos a diferir del otro, es lo que nos hace individuos únicos.
Es precisamente esta capacidad, lo que hace a la libertad especial sobre los demás derechos del hombre. Ahora bien, tal y como dijera Benito Juarez "el respeto al derecho ajeno es la paz", este maravilloso derecho del que gozamos, no nos da la potestad de transgredir sus fronteras.
El uso indebido, exagerado, extralimitado y hasta abusivo de este se convierte automáticamente en un arma, diriamos que, mortal. Y es que debemos siempre recordar que "los derechos de uno terminan donde comienzan los del otro".
Ese uso abusivo, incorrecto, ha sido denominado difamación y para otros casos injurias. Yo le llamo la "Anarquía de la Palabra".
Personas, medios de comunicación, periódicos, via redes sociales, dandole un uso incorrecto se convierten en "asesinos de reputaciones"; de ahi que la libertad de expresión, necesariamente tiene que estar regulada.
No es, en modo alguno, justo que cualquier persona se de a la tarea de vía, las redes sociales, medios de comunicación, periódicos, etc., ensuciar el nombre de otra persona, asesinar su reputación.
En República Dominicana la norma jurídica es la ley 6132 de 1962, la cual a mi entender amerita de una actualización a nuestros tiempos.
De igual modo en la vida pública y juridica nacional, dicha ley ha sido puesta en práctica en varias oportunidades, siendo el caso de mayor relevancia el de Hernani Salazar vs. Vincho Castillo. En la especie el señor Salazar se sintió injuriado por unas declaraciones que el señor Castillo ofreció en su programa televisivo, dando al traste con una sentencia condenatoria a este último por RD$1MM.
Como vemos, la idea de tener parámetros de expresión no es más que para lograr una correcta y armoniosa vida en sociedad, puesto que en caso contrario estaríamos ante el indiscutible reinado de la Anarquía de la Palabra.
Las vertientes de opiniones son tan diversas como cantidad de seres humanos existimos en la Tierra, por más contestes que estemos dentro de un grupo de similares, nunca estaremos de acuerdo en un 100% con la idea, puesto que en algún tópico vamos a diferir del otro, es lo que nos hace individuos únicos.
Es precisamente esta capacidad, lo que hace a la libertad especial sobre los demás derechos del hombre. Ahora bien, tal y como dijera Benito Juarez "el respeto al derecho ajeno es la paz", este maravilloso derecho del que gozamos, no nos da la potestad de transgredir sus fronteras.
El uso indebido, exagerado, extralimitado y hasta abusivo de este se convierte automáticamente en un arma, diriamos que, mortal. Y es que debemos siempre recordar que "los derechos de uno terminan donde comienzan los del otro".
Ese uso abusivo, incorrecto, ha sido denominado difamación y para otros casos injurias. Yo le llamo la "Anarquía de la Palabra".
Personas, medios de comunicación, periódicos, via redes sociales, dandole un uso incorrecto se convierten en "asesinos de reputaciones"; de ahi que la libertad de expresión, necesariamente tiene que estar regulada.
No es, en modo alguno, justo que cualquier persona se de a la tarea de vía, las redes sociales, medios de comunicación, periódicos, etc., ensuciar el nombre de otra persona, asesinar su reputación.
En República Dominicana la norma jurídica es la ley 6132 de 1962, la cual a mi entender amerita de una actualización a nuestros tiempos.
De igual modo en la vida pública y juridica nacional, dicha ley ha sido puesta en práctica en varias oportunidades, siendo el caso de mayor relevancia el de Hernani Salazar vs. Vincho Castillo. En la especie el señor Salazar se sintió injuriado por unas declaraciones que el señor Castillo ofreció en su programa televisivo, dando al traste con una sentencia condenatoria a este último por RD$1MM.
Como vemos, la idea de tener parámetros de expresión no es más que para lograr una correcta y armoniosa vida en sociedad, puesto que en caso contrario estaríamos ante el indiscutible reinado de la Anarquía de la Palabra.
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